2003 Número: 4
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Originales
LESIONES
POR ARMAS DE FUEGO. PROBLEMAS MÉDICO-FORENSES. Dr. Fco. Etxeberria Gabilondo Profesor Titular de
Medicina Legal y Forense Facultad de Medicina y
Odontología / Universidad del País Vasco Apartado 1606 / 20014
San Sebastián (España) Tfno. 943 0173 81 / Fax
943 0173 30 / icpetgaf@sz.ehu.es 1.
Justificación del tema El
estudio de las lesiones por arma de fuego forma parte de uno de los temas
clásicos, constantes y fundamentales en todos los tratados de Medicina Legal
a lo largo de su historia. Ello obedece a tres cuestiones básicas: a) Todos los
médicos deben conocer sus manifestaciones para su correcta interpretación
desde la óptica de la Patología Quirúrgica y de la Patología Forense. b) Su
producción exige siempre la investigación judicial por lo que la
participación especializada desde la Medicina Legal es imprescindible para la
resolución del caso. c) Su
incidencia es creciente a lo largo del tiempo y con carácter universal. Las armas de fuego son responsables de las lesiones
contra las personas en el 2´32% de los casos conocidos en España (1996). De
modo general se puede decir que en nuestro país se produce un episodio al día
en el que se desencadenan lesiones por arma de fuego. A su vez, tienen una
incidencia algo inferior al 10% entre los mecanismos de producción de
suicidios. En este tema nos ocupamos
del conjunto de lesiones producidas en el organismo como consecuencia del
efecto de los elementos que integran el disparo en las armas de fuego, así
como de las cuestiones médico-legales que han de resolverse. Firearms Death Rate (per
100,000) for Young Males in Selected Countries – 1993 Firearms Deaths by Mode of
Death for Children <15 Years of Age Top 10 Countries - Rate per
100,000 Fuente: (http://medlib.med.utah.edu/WebPath/TUTORIAL/GUNS/GUNINTRO.html) Para
el debido conocimiento de este tema resulta imprescindible recomendar la
bibliografía básica que actualmente podemos concretar en la obra monográfica
del Dr. Di Maio que en su traducción al español lleva por título “Heridas por arma de fuego. Aspectos
prácticos sobre las armas de fuego, balística y técnicas forenses”
(Ediciones La Rocca, Buenos Aires, 1999) (ISBN 987-517-021-6) cuyo original
en inglés fue publicado bajo el título “Gunshot
Wounds. Practical Aspects of Firearms,
Ballistics, and Forensic Techniques” (ISBN 0-8493-8163-0) y en francés “Blessures par armes á feu. Aspects
pratiques des armes à feu de la balistique et des techniques médico-légales”
(ISBN 2-225-82449-5). En cualquier
caso, este tema quedaría incompleto si ignorásemos la abundante bibliografía
que en forma de artículos se han publicado tanto desde la perspectiva
netamente médico forense como en su importante vertiente de interés
criminalístico. De hecho, son muchos los profesionales que deben intervenir
en los casos de heridas por arma fuego en atención a la clásica distribución
del estudio en sus fases de “balística interior”, “balística exterior” y
“balística de efectos”. En
tal sentido recomendamos por su utilidad práctica los cuatro capítulos que se
dedican al tema en el libro “Manual de
Técnica Policial” (ISBN 84-8002-579-4) de Francisco Antón Barberá y Juan
Vicente de Luis y Turégano (Edit. Tirant lo Blanch, Valencia 1998). Pero
si nos atenemos a la bibliografía más específica de interés médico legal y
forense, también hay que señalar desde el primer momento que la monografía
del Dr. L. Rafael Moreno González que lleva por título “Balística forense” (ISBN 968-432-385-9) ha marcado una influencia
notable entre los médicos forenses del ámbito iberoamericano siendo unos de
los pocos autores que ha elaborado un Código sobre deontología
pericial. De igual modo, por su valor de
actualización hemos de recomendar el extenso capítulo sobre “Lesiones originadas por armas de fuego”
del Profesor José Delfín Villalaín publicado en el “Manual de Medicina Legal
y Forense” (ISBN 84-7879-597-9) de los Médicos Forenses Juan de Dios Casas
Sánchez y María Soledad Rodríguez Albarrán (Edit. Colex, 2000), una de las
últimas monografías que se han publicado en España. Tampoco se puede olvidar aquí, el
capítulo sobre “Lesiones por arma de fuego” de Juan Antonio Gisbert y
María Castellano del libro básico “Medicina legal y toxicología” (ISBN
84-458-0585-1) (Edit. Masson, 1998) que ha tenido sucesivas ediciones y ha
marcado la formación de los médicos forenses españoles. 2.
Definición Las
lesiones por arma de fuego se definen como el conjunto de alteraciones
producidas en el organismo por el efecto de los elementos que integran el
disparo en las armas de fuego. Desde el punto de vista médico-quirúrgico, las
heridas por arma de fuego se clasifican entre las contusas. En concreto se
describen como contusiones simples con solución de continuidad. Por
su parte, las armas de fuego se definen como aquellos instrumentos destinados
a lanzar violentamente ciertos proyectiles aprovechando la fuerza expansiva
de los gases que se producen en su interior, normalmente por deflagración.
Estos proyectiles poseen una gran energía cinética o fuerza remanente por lo
que alcanzan largas distancias con gran capacidad de penetración Para
la comprensión de este tema resulta necesario analizar los siguientes
extremos que expondremos sucesivamente: 2.1. Nociones básicas de Balística Forense. 2.2. Elementos que integran el disparo. 2.3. Morfología general de las heridas por arma de
fuego. 2.4. Problemas médico legales que se plantean y
que se han de resolver. 3. Balística
Forense En el estudio de la balística forense se han
establecido tres partes con arreglo al siguiente criterio: 3.1.
Balística interior: es la que se ocupa del estudio de los fenómenos que ocurren en el interior
del arma hasta que el proyectil sale por la boca del cañón. 3.2.
Balística exterior: estudia los fenómenos que ocurren al proyectil desde el momento en
que sale del arma hasta que alcanza su objetivo. 3.3.
Balística de efectos: estudia los daños producidos por el proyectil., tanto en el organismo
como en otras estructuras. Esta
última cuestión es la que mayor interés presenta desde el punto de vista del
estudio médico-legal que nos ocupa. Con
el fin de distinguir las consecuencias provocadas por las armas de fuego,
resulta necesario, en primer lugar, establecer la distinción entre las armas
que producen un disparo simple (un solo proyectil) y las que producen un
disparo múltiple (varios proyectiles).
De
hecho, las características de las lesiones ocasionadas sobre el organismo son
diferentes y su estudio médico-legal exige un tratamiento, en parte,
diferenciado. Asimismo,
las armas se clasifican en cortas y largas conforme a la longitud del cañón
en cuyo interior la pared o ánima, puede ser lisa o rayada. Estas últimas,
las más frecuentes, favorecen la estabilidad del proyectil durante su
trayectoria por la acción giroscópica que les imprimen. El
cartucho es el conjunto sólido que integra a todos los elementos que produce
el disparo en un arma portátil de fuego. Este
se compone por la vaina, configurada como un recipiente de alojamiento, que
contiene la carga constituida por el elemento explosivo (normalmente la
pólvora) y el elemento de proyección (la bala o proyectil). Los cartuchos con
capacidad de disparo múltiple (proyectiles que llamamos perdigones o postas,
según su diámetro), contienen además el taco, que es el obturador que evita
la fuga de gases entre los proyectiles tras la explosión o disparo. CARTUCHO: VAINA BALA POLVORA CAPSULA
INICIADORA De este modo, el proyectil,
responsable de las principales lesiones que se van a producir en el
organismo, es la parte del cartucho que abandona la boca de fuego del arma,
en el momento del disparo, dirigiéndose al blanco para cederle su energía residual. Tras
la percusión de la cápsula iniciadora, se produce la explosión del fulminante
ocasionando una llamarada viva e intensa sobre la carga de proyección
(pólvora), que actúa por deflagración o combustión en el espacio cerrado de
la vaina empujando el proyectil a través del cañón en una dirección
determinada. En
las armas de disparo simple (las más habituales), las paredes del cañón
poseen una serie de surcos que proporcionan al proyectil un movimiento de giro
sobre su eje. Ello permite que el proyectil conserve su estabilidad a lo
largo de todo el recorrido ofreciendo menor resistencia al aire en su
desplazamiento desde el mismo momento en que abandona la boca de fuego. El
proyectil se compone de un núcleo o cuerpo, normalmente de plomo, y un
revestimiento o blindaje (normalmente de latón o de cobre). Respecto
al tipo de munición que habitualmente se emplea en nuestro medio, cabe
señalar que los proyectiles tienen normalmente forma ojival y son de tipo blindado
o semiblindado. A
lo largo de la historia se constata que existe la tendencia a fabricar
proyectiles de pequeño calibre que son propulsados a mayores velocidades. De
este modo, los proyectiles lanzados por armas cortas alcanzan velocidades de
unos 200 a 300 m/s (baja energía cinética); los fusiles hasta los 700 m/s
(media energía cinética); y las armas de guerra por encima de los 762 m/s en
lo que se denomina “alta energía cinética”. Vaina: Recipiente de metal con forma tubular que contiene
la carga de proyección. Bala: Es el proyectil que sale impulsado por la boca de
fuego, por medio de la carga de proyección. Carga de proyección: Compuesta por un
explosivo deflagrante, la pólvora, que produce gran cantidad de gases,
impulsando al proyectil. Cápsula iniciadora: Cápsula metálica que
contiene el explosivo iniciador (fulminato de mercurio/ tetrinox). ESTRUCTURA GENERAL DE LAS ARMAS DE FUEGO En todas las armas de fuego pueden distinguirse las siguientes partes: Elementos de sujeción Están destinados a mantener asida y firme el arma, especialmente en el
momento del disparo. Pueden ser de formas muy diferentes: revólver, pistola, fusil,
escopeta, subfusil, etc. Mecanismo de disparo Se trata siempre de un percutor que es accionado mediante un gatillo.
Pueden ser simples, semiautomáticas o automáticas. Elemento de proyección Se trata de un cilindro hueco, denominado cañón. Puede ser único o
doble. Además, en función del tipo de arma de que se trate, pueden haber
otras partes. Mecanismo de extracción Se encarga de extraer la vaina percutida. Mecanismo de carga Se encarga de introducir otra bala o cartucho en la cámara de
percusión. CLASIFICACIÓN DE LAS ARMAS DE FUEGO Se pueden clasificar según diferentes criterios 1.- Según la longitud del cañón: Armas cortas - revólver- pistola - pistola
ametralladora Armas largas - carabina - escopeta - fusil La longitud del cañón tiene una gran importancia para determinar el
alcance del arma. 2.- Según la carga que proyectan en cada disparo: Armas de proyectil único o bala. Armas de proyectil múltiple: metralla, postas, perdigones... 3.- Según la construcción del arma: Armas típicas: son las construidas como tales por los distintos
fabricantes para los diferentes usos. Armas atípicas: son las modificadas o fabricadas de forma casera:
tuberías, de imitación modificadas, de coleccionista, etc. 4.
Estudio de los elementos que integran el disparo Tras
el disparo, como consecuencia de la deflagración de la pólvora, se producen
los gases de explosión, la llama y el negro de humo, que junto con el
proyectil y los granos de pólvora quemados y sin quemar, constituyen lo que
se denominan los "elementos del disparo". En
los disparos de carga múltiple, a los elementos anteriormente citados se
añade el taco. En la actualidad es de plástico y tienen forma de copa, lo que
evita su combustión como ocurría antaño que provocaba una interferencia en la
correcta interpretación de las lesiones por arma de fuego. El
conjunto de estos elementos ocasionan la herida por arma de fuego que posee
una serie de características específicas propias y diferenciadas en el ámbito
de la Patología Forense. ESQUEMA
(Dr. Verdú): ELEMENTOS QUE INTEGRAN EL DISPARO En la munición de las armas de fuego, pueden distinguirse los
siguientes elementos: Pólvora, Taco, Proyectil. En el momento de producirse
el disparo, se producen una serie de cambios, de cuyo estudio pueden
obtenerse datos muy útiles. Así, en la combustión de la pólvora se produce: 1) Gases de
explosión; 2) Llama; 3) Granos de pólvora; 4) Negro de humo. Cada uno de los elementos tiene un alcance diferente, por
lo que su estudio será de extraordinario interés para la valoración
médico-forense. Asimismo lo será la distribución de estos elementos en las
cercanías de la herida. 5.
Morfología de las heridas por arma de fuego Para
su estudio conviene diferenciar: 5.1.
El orificio de entrada. 5.2.
El trayecto. 5.3.
El orificio de salida (si lo hubiere). Todo
ello con arreglo a las lesiones producidas por un solo proyectil, por
múltiples proyectiles o por proyectiles de alta velocidad. Cuando
existe orificio de entrada y trayecto hablamos de heridas penetrantes y si
hay orificio de salida, de heridas perforantes. 5.a. Disparo
de proyectil único 5.a.1.
Orificio de entrada Normalmente
su forma es puntiforme circular u oval, dependiendo del ángulo de choque del
proyectil sobre la superficie corporal. Un disparo perpendicular al plano del
cuerpo producirá una herida en forma circular. De
otro modo, la herida será discretamente ovalada, a excepción de: -
Que el disparo se produzca en contacto con la
superficie corporal, en cuyo caso la herida tiene forma estrellada, de
aspecto desgarrado, debido a la acción de los gases desprendidos por la
combustión de la pólvora en su inmediata proximidad. Es lo que se denomina
“herida en boca de mina de Hofmann”. En su interior la herida aparece
ennegrecida por el depósito de negro de humo y por los granos de pólvora
incrustados. -
Asimismo, por posible deformación previa del
proyectil antes de alcanzar el organismo. Supuesto de rebote y/o del paso del
proyectil por otras estructuras, teniendo en cuenta, además, que puede no
llegar de punta al plano de la piel y/o haberse fragmentado con lo que
provoca heridas irregulares con trayectos erráticos. -
Y como consecuencia de la pérdida de estabilidad
del proyectil en el momento del impacto. Circunstancia que ocurre con
frecuencia con los proyectiles de alta velocidad cuya forma es alargada. Naturalmente
que la morfología apreciada en sus aspectos macroscópicos difiere, de modo
particular, si el análisis se realiza cuando ha comenzado la putrefacción de
las partes blandas. El
diámetro del orificio de entrada depende de múltiples factores, siendo cierto
que habitualmente es igual o menor que el calibre del proyectil. En efecto,
si el proyectil es de punta ojival, puede producir un orificio de menor
tamaño que su calibre en forma puntiforme. Además, tras penetrar, se produce
una característica retracción de la piel que origina una disminución del
diámetro de la herida de forma típica. Microscópicamente,
en las lesiones de entrada (heridas) se distinguen tres espacios (Villalain,
2000): - Zona central o zona del conducto primario, que
corresponde al trayecto primario. - Zona media o zona de necrosis traumática directa,
tejidos alterados por la compresión lateral. Contiene residuos del disparo. -
Zona externa o de disgregación o conmoción
celular, debida a las fuerzas laterales. Los capilares están lesionados y hay
infiltración hemorrágica. La
excepción a lo señalado se produce cuando: -
El proyectil posee una gran energía cinética, y
ocasionalmente produce una entrada de forma estrellada (proyectiles de alta
velocidad que se desestabilizan fácilmente). -
Y si el disparo es en contacto, que produce un desgarro
con tamaño superior al calibre del proyectil y se asemeja a las heridas
contusas. Lo
fundamental del orificio de entrada es que posee unas características
específicas de gran valor identificativo que hay que conocer detalladamente. Los
Profesores Gisbert y Castellano han clasificado estas modificaciones bajo el
rótulo general de “tatuaje” que estaría constituido del siguiente modo: a) Cintilla de
contusión-erosión. b) Taracero o
tatuaje propiamente dicho. No
obstante, otros autores como el Profesor Emilio Federico Bonnet consideran
que el tatuaje estaría constituido solo por la acción de la pólvora. La
cuestión tiene su importancia ya que este es uno de los criterios para
interpretar los rangos de distancia del disparo. En rigor el tatuaje
verdadero no desaparecería por la acción del lavado simple ya que estaría
integrado por los efectos de la quemadura y/o por la incrustación de los
granos de pólvora. Por otra parte, el tatuaje falso o seudotatuaje, estaría formado
tan solo por el ahumamiento que puede desaparecer mediante limpieza. a) Es necesario comprender que la penetración del
proyectil se produce por empuje y frotación, es decir que desencadena heridas
contusas, con depresión y distensión de la piel hasta que supera y rompe la
capacidad de elasticidad del tejido. Esto ocasiona lo que se ha denominado
clásicamente como "anillo de Fisch", que se identifica como una
transformación o modificación de las características inmediatamente
periféricas a la herida propiamente dicha en la superficie de la piel. En este "anillo de Fisch" se pueden
distinguir dos elementos: -
el collarete contusito-erosivo. -
el collarete de limpieza. El
collarete erosivo, también llamado cintilla de contusión, es el resultado de
la excoriación epidérmica inmediatamente contigua alrededor del orificio de
entrada. Posee no más de 1mm de anchura y es de color rojo brillante y
aspecto apergaminado. Esto último resulta ser lo más determinante del
orificio de entrada. Este
collarete de contusión puede ser de amplio tamaño cuando el proyectil empuja
varias prendas de vestir contra la superficie de la piel. Con
respecto al collarete de limpieza, se sitúa sobre el collarete erosivo y se
produce como consecuencia de la limpieza de los residuos de suciedad que
transporta el proyectil al penetrar en el plano de la piel. Todo
el conjunto permite determinar la dirección de llegada del proyectil al
entrar en contacto con el organismo. Si el anillo de Fisch es circular y
concéntrico a la herida, el proyectil habrá llegado perpendicularmente. b) Por otra parte, en las heridas de entrada, se
pueden observar los elementos que identifican el taraceo o tatuaje
propiamente dicho, que determinado por la distancia a la que se efectúa el
disparo. El
taraceo se define por la existencia y constatación de pólvora quemada y sin
quemar y otros residuos del disparo que se incrustan y se adhieren alrededor
del orificio de entrada y que puede incluir los efectos de la propia
quemadura. Estos
elementos son: 1. La
quemadura, originada por la llama. Se identifica por el aspecto apergaminado
de la piel, que adquiere un tono moreno o amarillento y, en su caso, por la
existencia de restos de cabellos y pelos quemados. El nivel de quemadura en
la piel no supera el segundo grado. Sus efectos se producen a una distancia
del disparo de escasos centímetros debido a que en la actualidad se emplean
pólvoras piroxiladas que producen poca llama o por los mecanismos que
incorporan las armas modernas llamadas “cortafuegos” que poseen unas ranuras
y desencadenando un tatuaje de forma de estrella. 2. Residuos de
granos de pólvora quemados y no quemados, y otros productos derivados del
disparo. Estos restos pueden quedar incrustados en la epidermis e incluso en
la dermis, que, junto con los efectos de la llama, denominamos como tatuaje
indeleble, es decir que no desaparecerá y será perdurable. Su aspecto es el
de heridas de escasa profundidad de color rojo vivo y muy sangrantes. 3. Depósito de
negro de humo, que ocupa toda la extensión del tatuaje y desaparece tras el
lavado y por ello denominamos tatuaje deleble. De
este modo, recapitulando con respecto al significado del tatuaje, tenemos
que: a) El anillo de
Fisch nos informa de: -
La realidad del disparo por arma de fuego. -
La certeza de que es una herida u orificio de
entrada. b) Por su
parte, el taraceo o tatuaje verdadero, aporta a la investigación la siguiente
información: -
Confirma la realidad del
disparo por arma de fuego, que se puede determinar mediante el estudio
complementario a través de la analítica de los residuos. -
Orienta sobre la distancia del disparo en rangos
de corta distancia. -
Y nos informa de la dirección del disparo, ya que si el
tatuaje es circular, el disparo habrá sido efectuado de forma perpendicular
al plano del organismo. A su vez, para impactos oblicuos, la densidad del
tatuaje es siempre mayor o más concentrada en el lado desde donde proviene el
disparo. 5.a.2. El
trayecto La
acción lesiva queda condicionada por la onda de choque, la onda de
descompresión y el efecto de vibración. Al
chocar el proyectil con el blanco e iniciar su trayecto en el organismo,
libera gran cantidad de energía cinética en sentido centrífugo a su eje de
progresión, dando lugar a una aceleración radial de los ejes atravesados en
los tejidos blandos. Se forma así una cavidad o hueco, llamada cavidad
temporal, cuyo diámetro es mayor que el diámetro del trayecto definitivo. De
forma inmediata, la cavidad temporal cede su espacio y queda configurada como
cavidad definitiva o trayecto. El
trayecto del proyectil en el interior del organismo puede ser lineal o bien,
se pueden producir desviaciones y migraciones. Las
desviaciones son cambios bruscos de dirección como consecuencia del choque
con estructuras duras o de mayor resistencia, como son las esqueléticas. En
algunas ocasiones, las desviaciones se producen porque el proyectil progresa
entre los planos del organismo que le ofrecen menor resistencia, así el
subcutáneo, con lo que su desplazamiento puede resultar paradójico. Las
migraciones consisten en el arrastre del proyectil por el torrente sanguíneo
como consecuencia de la persistencia del flujo antes del colapso cardíaco por
el shock hipovolémico, siempre que sean atrapados en el circuito
cardio-circulatorio. Cuando
el proyectil atraviesa una estructura de hueso plano, la onda de choque
provoca una característica pérdida de sustancia con forma de cono truncado en
la que el diámetro menor corresponde al punto de comienzo de la perforación.
De este modo, el orificio producido a la salida del hueso es siempre mayor
que el de entrada. Esta circunstancia es de gran valor identificativo en el
estudio de la trayectoria tanto en cadáveres frescos y más aun en casos de
putrefacción avanzada o cuando se analizan restos esqueléticos. Todo
el trayecto estará ocupado por un rastro hemorrágico con dislaceración de
distinta intensidad de los tejidos que se van atravesando. Con frecuencia el
trayecto va aumentando de diámetro debido a que el proyectil arrastra
esquirlas de hueso y tejidos y su propia deformación le confiere una mayor
facilidad para la pérdida de energía cinética que se transmite en forma de
fuerza de empuje a las estructuras por donde progresa. En ocasiones, un solo
proyectil puede desencadenar varias trayectorias si se fragmenta y se libera
el núcleo del blindaje cada uno de los cuales, por su distinta masa, pueden
hacer recorridos diferentes. Predomine
el efecto perforante o bien el expansivo de las cavidades temporales, se
produce siempre una hemorragia que conlleva la instauración progresiva del
shock hipovolémico y condiciona el pronóstico.
5.a.3.
Orificio de salida Se
produce en aquellos casos en los que la velocidad remanente del proyectil
tiene aún suficiente impulso o inercia para salir del organismo atravesando nuevamente
la piel. De este modo nos encontraremos con heridas perforantes. El
orificio de salida, que a los efectos descriptivos posee las características
de una herida penetrante, se caracteriza por lo siguiente: - Generalmente, su diámetro es superior al de entrada.
Particularmente es grande cuando el proyectil experimenta alguna deformación
por choque con estructuras óseas y arrastra esquirlas de hueso. - El orificio tiene forma de hendidura y sus bordes
suelen estar evertidos con aspecto desgarrado. - Presenta grasa procedente del tejido celular
subcutáneo. - Y carece de
los collaretes erosivo y de limpieza. Como
norma general en lo que respecta a las heridas perforantes, con orificios de entrada
y de salida, se puede decir que el proyectil penetra en el organismo
“empujando” y sale del mismo “rasgando” la piel. No
es infrecuente que tras la salida, el proyectil que ha perdido buena parte de
su energía cinética al atravesar el
cuerpo, quede retenido entre las prensa de vestir que podremos recuperar en
las primeras manipulaciones sobre el cadáver. 5.b. Heridas
por proyectiles de alta velocidad En
estos casos el orificio de entrada puede ser de dimensiones similares al
proyectil, si bien, como consecuencia de la gran energía cinética que
contienen, en el momento del impacto sobre la superficie corporal pueden
provocar heridas irregulares y, de hecho, la cavidad temporal es
particularmente importante en los primeros tramos del recorrido. Además,
estos proyectiles tienden a una gran desestabilización al rozar o chocar con
estructuras y por ello el trayecto y finalmente el orificio de salida pueden
ser enormes y desconcertantes. Una
cuestión de particular interés en estos casos consiste en la gran cavidad
temporal que pueden provocar en algunos órganos. Así se describen en pulmón e
hígado, en los que la fuerza centrífuga se traslada a los tejidos y los
expande hasta que vuelven a colapsarse, con lo que las lesiones pueden ser
muy graves. 5.c. Heridas
por disparo de carga múltiple En
estos casos, cada uno de los proyectiles, sean perdigones o postas en razón
de su diámetro, provoca una herida en el punto de contacto sobre la superficie
corporal. Ahora bien, cuando la dispersión de estos proyectiles no se ha
producido todavía como consecuencia de la escasa distancia entre la boca del
arma de fuego y el cuerpo, cabe la posibilidad de que todo el conjunto se
traslade en una sola masa y produzca una sola herida de morfología irregular
con bordes en forma de sacabocados y tamaño variable. De
este modo, a mayor distancia, la dispersión de los proyectiles (perdigones) y
de las heridas que produzcan será mayor y su capacidad de penetración menor.
No es infrecuente que en estos últimos casos, no existan orificios o heridas
de salida ya que estos proyectiles, de poca masa, pierden su energía cinética
de forma rápida en el interior del organismo. 5.d. Heridas atípicas y especiales
Si bien la morfología
de las lesiones por arma de fuego anteriormente descritas obedecen a un
patrón general que se repite normalmente, también cabe señalar que existen
lesiones que difieren respecto del modelo expuesto: a) Lesiones
atípicas: Son el resultado de disparos efectuados en el interior o inmediata
proximidad de cavidades naturales, como puede ser la boca, y sobre la que se
producen lesiones con grandes desgarros cuya morfología difiere de lo ya
descrito. En estos casos, el esmalte dentario puede encontrase desprendido.
La inundación de las vías respiratorias empeora el pronóstico de por si muy
grave. b) Por otra
parte, en las lesiones especiales hay que considerar las producidas en el
territorio craneoencefálico, normalmente a escasa distancia y cuando
coinciden varios disparos sobre el área. De este modo, el estudio e
interpretación de estas heridas se dificulta por el desigual comportamiento
de cada uno de los impactos teniendo en cuenta que sobre unas lesiones se
producen otras y en la dinámica de producción de todas ellas hay
desplazamientos y grandes fracturas. Las lesiones son semejantes a las
fracturas con aplastamiento, arrancamientos y salida de masa encefálica. Por
tal motivo, estas heridas se clasifican entre las contusiones complejas de la
Patología Forense. Siguiendo al Palomo Rando (1992),
podemos señalar que en las heridas por arma de fuego que se producen en el
cráneo, si la víctima ingresa en coma profundo el fallecimiento se produce en
el 100% de los casos. Si lo hace en coma superficial, el fallecimiento
alcanza al 80%. Del 20% de supervivientes, casi la mitad (el 45%) presentarán
epilepsia a los cinco años. Por
todo lo anteriormente expuesto, los factores que influyen en el tipo de lesiones
que se producen son: a) Tipo de
arma. b) Tipo de
proyectil. c) Calibre del
mismo. d) Número de
disparos efectuados. e) Distancia de
los mismos. f)
Región anatómica vulnerada. ·
Orificio Puede ser único (lo más habitual) o múltiple. Puede ser redondeado u oval. Puede seguir las líneas de las fibras elásticas. En disparos a corta distancia y más en los a boca de jarro, forma
estrellada, por el efecto de los gases (de dentro a fuera). Diámetro variable. Mayor o menor que el proyectil. Influye la forma
del proyectil, la velocidad de llegada y la elasticidad de la piel. ·
Tatuaje Son los elementos que se sitúan alrededor del orificio. Está formado por la cintilla de contusión y el taraceo o tatuaje
propiamente dicho. Se sitúa inmediatamente después del orificio y se produce por: 1.
Contusión de la piel
por la bala. 2.
Roturas de fibras
elásticas por distensión de la piel, antes de romperse. 3.
Frotación de la piel
por el giro del proyectil. 4.
Limpieza de la
suciedad portada por la bala al atravesar la piel. TARACEO
·
la quemadura de la
llama ·
el depósito del negro
de humo ·
la incrustación de
los granos de pólvora Hay un taraceo deleble (lavable) y otro indeleble (no lavable). Este
último está conformado por la quemadura y los granos de pólvora que se han
incrustado más profundamente. ESQUEMA (Dr. Verdú): Trayecto Orificio de salida ESQUEMA (Dr. Verdú): HERIDAS DE PERDIGONES 6. Problemas
médico-legales que se plantean Los problemas médico-legales que se plantean quedan
enmarcados en las siguientes premisas: 6.1.
Obligación
de denuncia. Desde el punto de vista médico, en general, existe obligación de
denuncia cuando por razón de la actuación profesional se tiene conocimiento
de la producción de una lesión entendida como el menoscabo de la integridad
corporal o de la salud física o mental. Así lo señalan diferentes artículos
de la legislación de distintos países, esto es, “los que por razón de sus cargos, profesiones u
oficios tuvieren noticia de algún delito público, están obligados a
denunciarlo inmediatamente...” En la práctica, esta denuncia se efectúa
mediante notificación al Juzgado de Guardia a través del Parte Judicial de
Lesiones, en el que se hará constar la fecha y hora del reconocimiento, datos
de identidad del lesionado, descripción detallada de las lesiones observadas,
acciones terapéuticas y pronóstico médico-legal. 6.2.
Determinación de responsabilidades penales. Asimismo le son de aplicación los artículos del
Título III del Código Penal (en España) que tratan sobre las Lesiones. Por
esta razón se instruyen diligencias judiciales que conllevan la participación
del Médico Forense al objeto de realizar el seguimiento de la evolución de
las lesiones hasta su sanidad. En este sentido se generan los
correspondientes documentos médico-legales específicos y fundamentales para
la instrucción (parte de esencia, parte de estado y parte de sanidad). 6.3.
En relación con el
punto anterior, y en caso de resultado
de muerte, también le son de aplicación los artículos (en España de la
LECr) que tratan sobre los siguientes extremos: a) Diligencia de inspección ocular y de levantamiento del cadáver que
se lleva a cabo en el lugar de los hechos por la Comisión Judicial. b) Práctica de autopsia judicial. De todo lo anterior se deriva la
intervención médico-forense que quedará detalladamente documentada en el
correspondiente Informe Médico Forense de autopsia con la estructura clásica
de los informes periciales, a saber: Introducción, Operaciones practicadas,
Resultados, Valoración-Discusión, y Conclusiones. c)
Finalmente, corresponde al médico forense, en base a todo ello, establecer
las causas médicas del fallecimiento para su correspondiente inscripción de
defunción (Registro Civil). Toda
la documentación médica generada en la investigación, queda incorporada a las
Diligencias Judiciales que seguirán su curso hasta la resolución que
corresponda. 6.4. Normalmente, las cuestiones médico-legales que se suscitan pueden guardar relación
con alguno de los siguientes extremos: 1. Respecto de
la víctima, tanto si existe supervivencia, como si se produce el
fallecimiento. 2.
Respecto del victimario, al objeto de estudiar su implicación en los
hechos, así como en los supuestos de existencia de lesiones o de constatación
de alteraciones mentales (consumo de drogas, etc.). 3.
Respecto de balística
identificativa, identificación de pólvoras, proyectiles, vainas, armas, etc.,
que normalmente quedan bajo la responsabilidad de los grupos especializados
de Policía Científica. Siguiendo una secuencia lógica y cronológica, los aspectos
periciales médico-legales a los que hay que dar respuesta son los siguientes: 6.5.
Participación directa y activa en la Diligencia del Levantamiento del
cadáver. -
Esta intervención estará dirigida por el Juez de
Instrucción. -
Su objetivo es interpretar y proteger las
evidencias siguiendo las normas generales de la criminalística que son: Protección del lugar, Observación, Fijación,
Recolección de evidencias y Envío al laboratorio. a) Armas,
casquillos, proyectiles, impactos en el lugar de los hechos. b) Relativas al
cadáver, incluyendo la protección de las manos y las prendas de vestir. -
Establecimiento
de la data del fallecimiento siguiendo los criterios de los fenómenos
cadavéricos. -
Datos de identificación de la víctima. -
Cualquier otro aspecto que convenga recoger en el
atestado policial, como pueden ser las declaraciones de testigos, croquis,
fotografías y video. 6.6. Práctica de la autopsia judicial Siguiendo
la rutina clásicamente establecida: examen externo, examen interno y estudios
complementarios. EXAMEN EXTERNO
Estudio y
protección de prendas de vestir. Sobre ellas encontraremos las evidencias del paso de los
proyectiles por lo que su estudio criminalístico resulta imprescindible. En
primer lugar se deberá comprobar si las roturas provocadas por el paso de los
proyectiles en los vestidos se corresponden de manera natural con la
situación de las heridas en la superficie corporal. Asimismo es necesario
determinar la posible existencia del tatuaje (residuos del disparo)
correspondiente a los disparos efectuados en rangos de corta distancia. En
este punto cabe recordar el signo de la escarapela de Simonin, descrito como
el deshilachamiento y el “calco” de la prenda de vestir sobre la contigua más
profunda o sobre la piel. Las
prendas deberán ser retiradas ordenadamente evitando su corte. Como quiera
que se encontrarán impregnadas de sangre, es necesario colgarlas y esperar a
que se sequen completamente antes de guardarlas o remitirlas para el estudio
de los residuos del disparo. Descripción
individualizada de las heridas: -
Descripción de la forma y tamaño. Cada herida será
identificada con un número correlativo que tendrá su propia descripción
individualizada. -
Ubicación topográfica. Se realiza conforme a los
lugares anatómicos en los que se sitúan con mediciones exactas. Asimismo se
medirá la distancia al talón en un cálculo estimado sobre la posición
anatómica del cuerpo (altura sobre el suelo). -
Representación gráfica y fotográfica. De todos los
pasos anteriormente señalados, se obtendrán fotografías partiendo de lo
general a lo particular. Cada herida será fotografiada de forma perpendicular
al plano de la piel y tendrá su correspondiente testigo métrico y número de
identificación. En este aspecto resulta conveniente, además, colocar una
estructura en forma de escuadra que nos permita tener la referencia de la
línea media corporal, zona cefálica y plano horizontal del cuerpo para la
correcta orientación. Asimismo, se realizarán dibujos detallados de la
ubicación de las lesiones en esquemas que representen la superficie corporal. Distancia
del disparo: Para
el estudio de la distancia es necesario distinguir entre el supuesto de un
disparo simple (un solo proyectil) o un disparo múltiple (varios
proyectiles). a) Supuestos
de disparo de carga simple Aunque
la cuestión no se puede resolver con toda exactitud, clásicamente los
principales autores en Medicina Forense han distinguido cuatro tipos de
disparo en relación a la distancia a la que se hubieran producido: ·
Disparo a bocajarro ·
Disparo a quemarropa ·
Disparo a corta distancia ·
Disparo a larga distancia En
cualquier caso, se han propuesto otras clasificaciones para establecer los
rangos de distancia en los disparos. Así Di Maio (1999): ·
Herida por contacto: - Contacto fuerte - Contacto flojo - Contacto anguloso - Contacto incompleto ·
Herida por contacto cercano ·
Herida desde distancia intermedia ·
Herida a distancia * Disparo a
bocajarro (o cañón tocante): Realizado en contacto directo entre la boca
de fuego del arma y el organismo. Se
caracteriza por: -
El orificio de entrada tiene forma estrellada
(boca de mina o de Hofmann), con los bordes desgarrados, irregulares y
ennegrecidos en su cara interna por la pólvora quemada incrustada. Puede
haber arrancamiento cutáneo. -
Por efecto de los gases, hay lesiones muy destructivas
en los tejidos internos, con disecación de los mismos que se encuentran
manchados de negro de humo. Así, podemos identificar el "signo de
Benassi" cuando se localiza un anillo de ahumamiento concéntrico al
orificio de entrada en la cara o tabla externa del hueso craneal con
despegamiento de los tejidos blandos incluido el periostio. * Disparo a
quemarropa: Cuando la distancia está dentro del alcance de la llama,
cuyos efectos predominan. No suele superar los 30cm. Hasta 20cm con armas
antiguas. Hasta 10-15cm con revólver. - Junto con la existencia del collarete erosivo, hay
una aureola de quemadura por la llama. La piel queda apergaminada, de color
oscuro o amarillento. Los pelos y cabellos quemados parcialmente. - El tatuaje es denso y concentrado con granos de
pólvora incrustados y partículas metálicas, tanto dentro como fuera de la
herida.
* Disparo a
corta distancia: Cuando la distancia está dentro del alcance de los
elementos del tatuaje sin evidencia de los efectos de la quemadura. La
distancia a la que llegan los restos de pólvora queda comprendida entre los
30cm y 70cm (no más de un metro), circunstancia que es muy variable
dependiendo del tipo de pólvora de las armas de fuego empleadas. Ahumamiento
hasta 35cm. - La herida presenta las características del anillo de
Fisch pero sin quemadura y con predominio de un repiqueteado hemorrágico
disperso producido por los granos de pólvora quemados o sin quemar que se
incrustan en la piel por su propia energía cinética. El tatuaje es indeleble. * Disparo a
larga distancia: Cuando en plano del organismo queda fuera del alcance de
las partículas y residuos del disparo que forman el tatuaje. c) El orificio
presenta la cintilla erosivo-contusiva y hay ausencia absoluta de tatuaje
verdadero.
Resumiendo,
la apariencia de las heridas conforme a los rangos de distancia y siempre que
no se entrasen cubiertas por prendas de vestir, pueden ser tal y como se presenta
en el siguiente esquema: ESQUEMA
(Dr. Verdú): Distancia desde la que se ha efectuado un disparo Para resolver este problema se debe recurrir al estudio de los
elementos que integran un disparo. Se clasifican en función del alcance de cada uno de ellos. En el caso de los disparos con perdigones, se debe
estudiar la dispersión de los mismos. Se pueden obtener resultados más
precisos, aunque siempre sometidos a error. d)
Supuestos de
disparo de carga múltiple En
estos casos, la determinación del disparo se efectúa teniendo en cuenta la
propia dispersión que alcanzan los proyectiles (perdigones o postas, según su
diámetro) en el área de impacto. En
los disparos a cañón tocante o boca de jarro, no hay dispersión de los
proyectiles que penetran en el organismo en un solo mazo, junto con el taco,
provocando una única herida redondeada de bordes recortados e irregulares
(A). A
mayor distancia (B y C), la dispersión aumentará y será menor la capacidad de
penetración de los proyectiles. De hecho, la determinación de la distancia se establece conforme al
grado de dispersión de los proyectiles. Siguiendo a Villalain (2000),
dependiendo de la distancia, una escopeta normal lanza los perdigones con la
siguiente distribución: ·
Entre 0´5 a 1m, no
hay dispersión, los perdigones impactan en forma de “bala”. ·
A 5m el área de
distribución es de 25cm de diámetro. ·
A 10m es de 40cm de
diámetro. ·
A 15m es de 50cm de
diámetro. ·
A 25m es de 70cm de
diámetro. Disparo de carga múltiple con varias heridas
(entradas y salidas). Dirección
aproximada de los disparos: El estudio de las trayectorias (dirección
y sentido) viene dado, en buena medida, por la información obtenida en la
Diligencia de Inspección Ocular, así como por el ángulo de impacto en la
superficie corporal y el recorrido o trayectoria en el interior del organismo. En
ángulo de impacto en la superficie corporal puede ser determinado por: a) La
forma del anillo de Fisch, redondeado u ovalado, determinando la
perpendicular o no del disparo; b) La forma del tatuaje verdadero, redondeado
u ovalado. Se
estima que cuando el ángulo de impacto es igual o inferior a los 15º, los
proyectiles no penetran en el interior del organismo y provocan unas heridas
desgarrantes de distinta longitud. En ellas es necesario establecer el diagnóstico diferencial con las
heridas inciso-cortantes de las armas blancas. ESQUEMA
(Dr. Verdú): Dirección en la que se ha efectuado un disparo Para encontrar la solución se estudiará: Forma de la incrustación de los granos de pólvora y
del negro de humo Cuando el disparo es perpendicular a la piel, se reparten de forma
homogénea alrededor del orificio. Si se inclina, a derecha o izquierda,
arriba o abajo, habrá más densidad de estos elementos a la derecha o la
izquierda, arriba o abajo, respectivamente. Forma de la cintilla de contusión Cuando el disparo es perpendicular a la piel, se sitúa de forma
homogénea alrededor del orificio. Si se inclina, a derecha o izquierda,
arriba o abajo, presentará forma de media luna en una de esas direcciones. Estudio del trayecto Será distinto en: 1) Heridas sin orificio de salida; 2) Heridas
con orificio de salida; 3) Disparos en el cráneo Orden de
producción de las heridas: No siempre resulta posible establecer el
orden exacto en que se producen. Por ello es más aconsejable describir esta
situación a grandes rasgos o tiempos de producción de las heridas si cabe
esta interpretación desde la apreciación específica de las lesiones. No
obstante, para esta interpretación, resultan de gran interés las fracturas
radiadas que experimentan los huesos planos al paso de varios proyectiles. De
este modo, las líneas de fractura que finalizan su recorrido sobre otras
procedentes de heridas próximas serán siempre secundarias a estas. Fractura radial: se identifica por la forma de radios que
presenta, es la primera en producirse, inicia la rotura por la superficie
correspondiente a la salida del proyectil. Fractura concéntrica: se produce alrededor
del impacto en forma circular, por la cara que recibió la presión, después de
formarse las radiales. EXAMEN INTERNO
Estudio de rayos X:
Previamente a la apertura de las tres cavidades, es necesario realizar un
estudio radiográfico completo de aquellas regiones sobre las que se sitúan
las heridas. Las radiografías, obtenidas en norma antero-posterior y
lateral, nos ayudarán a localizar los
proyectiles con toda precisión.
Asimismo son de gran
utilidad para interpretar los trayectos antes de su disección, ya que no
resulta infrecuente que en los mismos se encuentren pequeños fragmentos
metálicos que podremos ver en la radiografías. De igual modo, en las lesiones
craneales las radiografías son muy demostrativas del primer punto de impacto
sobre el hueso en donde dejan pequeñas esquirlas metálicas que se ven como
cuerpos radiopacos el perder el proyectil la mayor cantidad de su energía
cinética. Siguiendo
a Di Maio (1999), que nos recuerda la obligación de emplear esta técnica en
todas las autopsias, las razones que la justifican son: - Para observar si el proyectil o cualquier parte
de él se encuentra aún en el cuerpo. - Para ubicar la bala. - Para localizar pequeños fragmentos depositados
en el cuerpo cuando el proyectil ya ha salido. - Para identificar el tipo de munición o arma empleada,
antes de la autopsia, o para realizar tal identificación si no puede hacerse
en ella. - Para documentar el recorrido del proyectil. Estudio de los trayectos: La
determinación previa de los orificios de entrada y sus posibles salidas, nos
ayudará a realizar la inspección de los trayectos que estaría encaminada a
establecer las lesiones anatomoclínicas existentes, su pronóstico y causas
del fallecimiento. El estudio de las trayectorias en el interior del
organismo permite, finalmente, confirmar las relaciones entre los orificios
de entrada y los de salida.
Recogida de evidencias: En
el supuesto de que existan proyectiles alojados o fragmentos de ellos, es
imprescindible su cuidadosa recogida y conservación para el correspondiente
estudio de balística identificativa.
ESTUDIOS COMPLEMENTARIOS
Los
estudios complementarios se derivan de los resultados alcanzados en la marcha
de la investigación médico-legal aludida anteriormente. Normalmente
van encaminados a la investigación de algunos extremos de valor
criminalístico, tanto del lugar del hecho o escena del crimen, como del
examen de la víctima (estudios de histopatología en los tejidos orgánicos
para determinar la vitalidad y determinación analítica de los residuos del
disparo), así como de sus prendas y vestidos, sobre los que pueden
encontrarse todos los efectos y elementos que integran el disparo. Bien
si se realizan por el mismo equipo que practica la autopsia, como por otros
especialistas, los estudios complementarios dan respuesta a las siguientes
cuestiones: Determinación
de residuos del disparo: Consiste en el análisis de los compuestos
químicos que podemos encontrar en los elementos que integran el disparo,
procedentes del proyectil, como de la pólvora y el fulminante. Todos estos
residuos podrán ser localizados en las prendas de vestir, heridas, trayectos
y manos de la victima la víctima, por lucha y/o defensa en rangos de corta
distancia, o por el empleo de armas de fuego. Básicamente
se han estudiado el plomo, los nitratos y nitritos. Para ello se han
propuesto distintas técnicas y procedimientos. En concreto, es de rutina la
prueba de Walker específica para la determinación de nitritos provenientes de
la deflagración de la pólvora. En cualquier caso, la prueba ha sido criticada
ya que cabe la posibilidad de que nos encontremos ante “falsos positivos” y
“falsos negativos”. Los
falsos positivos se producen por contaminación accidental con sustancias
nitrogenadas procedentes de abonos que podemos encontrar en el campo y en
jardinería. Los falsos negativos se producirían si han transcurrido muchas
horas hasta la recogida de la muestras y el cuerpo ha permanecido a la
intemperie con exposición a la lluvia, particularmente en el análisis llevado
a cabo en las zonas marginales a las heridas y prendas de vestir. Teniendo
en cuenta lo anteriormente señalado, en el momento actual es de elección el
análisis encaminado a la determinación de los compuestos del fulminante. Estos
son el plomo (Pb), el antomonio (Sb) y el bario (Ba) que se estudian por
espectrofotometría de absorción atómica. Diagnóstico
de vitalidad de las heridas: Las heridas producidas por arma de fuego
sobre el sujeto vivo presentan las siguientes características: - Presencia de hemorragia. -
Existencia de sangre coagulada. - Reacción tisular perilesional con retracción del
tejidos, incluida la cintilla de contusión-erosión del anillo de Fisch. -
Formación de leucocitos En
relación con el trayecto, las lesiones producidas en vida se caracterizarían
por una hemorragia copiosa de todo el recorrido o cavidad permanente e
infiltrante para la cavidad temporal. En
los orificios de salida son frecuentes las manifestaciones de hematomas que
se producen por el efecto del empuje o de arrastre del proyectil hasta la
piel tras haber lesionado todas las partes blandas en el interior que quedan
infiltradas. Asimismo
cabe el estudio de la vitalidad sobre las pequeñas heridas que producen los
granos de pólvora al incrustarse en la superficie de la piel en los disparos
a corta distancia. Los casos de vitalidad se manifestarían por un color rojo
vivo y sangrante. Estudios
criminalísticos de balística identificativa: Principalmente
encaminados a establecer la relación entre los proyectiles localizados y las
armas empleadas. Normalmente, esta investigación se lleva a cabo en los
laboratorios de policía científica de los distintos cuerpos y fuerzas de
seguridad. En
este mismo punto cobra un papel importante la estimación forense respecto del
calibre y tipo de proyectil cuando éste no se localiza para su examen
directo. En los supuestos en los que se producen heridas perforantes, es
decir con orificio de entrada y de salida, y por tanto no quedan alojados,
cabe establecer una aproximación con respecto del calibre si se estudian las
proporciones, formas y tamaños, de las pérdidas de sustancia en los huesos
planos. Lo
cierto es que en la producción del cono de atrición, el diámetro menor siempre
se ajusta al calibre, en forma y tamaño. Naturalmente que esta apreciación es
válida solo para los casos en los que el proyectil alcanza el nivel del hueso
de forma perpendicular y sin haber experimentado previas deformaciones o
fragmentaciones. En
ningún caso se debe inferir el calibre del proyectil por la forma y tamaño de
las heridas en el plano de la piel si tenemos en cuenta el efecto elástico de
la piel. Cadena de
custodia: Finalmente, el médico forense deberá establecer las medidas
oportunas para garantizar la cadena de custodia de todas las evidencias
obtenidas hasta la recepción de las mismas por la autoridad judicial cuya
responsabilidad se extiende hasta los exámenes que llamamos complementarios
en otros laboratorios forenses a los que se remiten (policiales, etc.) En efecto, el envío al laboratorio
y la llamada “cadena de custodia” de las evidencias es cuestión esencial de
la investigación forense que de no ser tenida en cuenta puede anular todo el
trabajo en la apreciación de la prueba. Siguiendo a Josefina Gómez Fernández, del
Instituto de Toxicología en su Departamento de Madrid (http://www.mju.es/toxicologia/intpresdcha.html),
se entiende por “cadena de custodia” al “documento
escrito en donde quedan reflejadas todas las incidencias de la muestra”. Por
lo tanto, se entenderá como tal aquel documento en que queden reflejados
todos los movimientos y acciones ejercidas sobre las muestras desde que se
realiza la toma hasta que se destruye o devuelve. Es
necesario su seguimiento para
asegurar la integridad de la muestra y de su correcta identificación a través
de su transporte al laboratorio y subsiguiente análisis. De
aquí que sea de gran importancia el que estos conceptos sean bien entendidos
y asimilados por todas aquellas personas que tienen acceso a la muestra, en
su toma, conservación, transporte, análisis, etc. Se
enumeran a continuación una serie de datos que han de quedar convenientemente
reflejados: En la Toma: Identificación
única e inequívoca de la muestra Fecha
y hora de la toma Persona
que la realiza Lugar
de la toma Descripción,
envasado, identificación y precintado de la muestra (si procede se realizará
fotografía o dibujo de la muestra “in situ”) En la
Conservación: Lugar
de almacenamiento hasta su remisión al Laboratorio Tiempo
transcurrido Tipo
de conservación o sustancia adicionada En el Transporte:
Fecha Medio
y condiciones de transporte En la Entrada
al Laboratorio: Fecha
y hora de entrada Persona
y empresa que realiza la entrega Tipo
y estado del embalaje y tipo de
precintado Persona
que lo recibe y que realiza la
apertura y codificado de las muestras Lugar
donde se conserva hasta su apertura Descripción
del envío: número y tipo de envases, anormalidades detectadas, documentación
adjunta, etc. Descripción
del etiquetado: legible, completo, incompleto, sin etiquetar, etc. Tipo
de manipulación que se realiza: separación de alícuotas, adecuación de
envases, adicción de conservantes, etc. Lugar
donde se conserva hasta su análisis Fecha
de entrega a los laboratorios persona
que lo recibe y los entrega en cada uno de sus pasos. Durante el
análisis: Fecha
de comienzo del análisis Descripción
de la muestra. Si procede se realizarán fotografías o dibujos. Manipulación
de muestras: muestreo, separación de alícuotas, centrifugado, etc. Registro
de todas las acciones ejercidas sobre la muestra durante el análisis: bloques
y preparaciones, tinciones, etc. Estos registros incluyen la fecha, acción y
persona que la realiza, y si procede
firma de la persona que lo chequea. Después del
análisis: Fecha
de terminación del análisis Muestras
y cantidades sobrantes y listado de bloques y portas custodiados Lugar
de conservación hasta su destrucción Periodo
de custodia post- análisis Forma
y fecha de destrucción o devolución. Los
datos indicados pueden servir de orientación de lo que debe quedar reflejado
en un documento de custodia que debe ser diseñado específicamente teniendo en
cuenta la complejidad comprendida tanto por la muestra como por el tipo de
análisis realizado. En definitiva se trata de conocer
todas aquellas acciones ejercidas sobre la muestra de manera que se pueda demostrar su identidad e
integridad y su relación inequívoca
con los resultados generados, o por el contrario, detectar cualquier
anormalidad como contaminación, confusión o deterioro, que conlleva la no
fiabilidad y por lo tanto a la
anulación del análisis realizado. A la metodología habitualmente considerada en las fuentes
bibliográficas hay que añadir algunas recomendaciones que tienen carácter
normativo por cuando las han propuesto organismos que nos vinculas a través
de tratados internacionales que han aceptado nuestros respectivos países. Así
es de obligado conocimiento la Recomendación nº (99)3 del Consejo de
Ministros de los Estados miembros del Consejo de Europa, para la armonización
metodológica de las autopsias médicolegales (adoptada por el Consejo de
Ministros del 2 de febrero de 1999, tras la 658ª reunión de los Delegados de
los Ministros). El texto ha sido publicado en la Revista Española de Medicina Legal
que podemos consultar en su página web. Su conocimiento es muy importante
para los Médicos Forenses ya que es específico para las autopsias médico
legales y en el mismo se presenta un Apéndice
que se refiere a los métodos específicos para algunas autopsias entre las que
se seleccionan la muerte por proyectiles de arma de fuego (ejemplo nº 7) y en
la que se deben llevar a cabo los siguientes extremos: - describir extensamente el lugar de los hechos,
las armas involucradas, los tipos de balas, ubicaciones de daño
“medioambiental”, cartuchos y posiciones relativas de las personas
involucradas; - examen completo de la ropa, descripción de sus
daños relevantes y toma de muestras cuidadosa; - investigación completa y documentación de
cualquier resto sanguíneo existente en la superficie del cuerpo (incluyendo
ropa y manos); - descripción minuciosa de las lesiones de entrada
y salida debidas al proyectil, con relación a puntos anatómicos fijos y su
distancia respecto a las plantas de los pies. Trayectos de los proyectiles a
lo largo del cuerpo; - descripción de las marcas debidas al contacto de
la boca del cañón; - extirpación de la región cutánea, sin limpiar,
que rodea las lesiones de entrada y de salida; - cuando sea necesario hacer radiografías antes y/o
durante la autopsia; - determinación del trayecto y dirección(es) del
proyectil(es); - determinación de la línea de disparo, sucesión de
los disparos, vitalidad de los mismos, y posición(es) de las víctimas. Pero la reglamentación o normativa
quedaría incompleta si no aludiéramos a la que se ha regulado desde el
Instituto de Toxicología como organismo perteneciente al Ministerio de
Justicia y que vincula a los Médicos Forenses de forma específica en la
práctica de autopsias judiciales (en España). En concreto, es obligado el
conocimiento de la orden por la que se aprueban las normas para la preparación
y remisión de muestras objeto de análisis por el Instituto de Toxicología
(Orden de 8 de noviembre de 1996) en la que se contemplan aspectos relativos
a la tramitación, documentación, embalaje, etiquetado y precintado, así como
los formularios específicos para los estudios biológicos, criminalísticos, de
delitos ecológicos, estudios experimentales, histológicos, de identificación
y químico-toxicológicos que podemos encontrar en la página web: www.mju.es/toxicologia/nemit.htm Este panorama se completa con la
muy reciente publicación de las ponencias presentadas por los distintos
técnicos del mismo organismo al curso de formación para Médicos Forenses
organizado por el Centro de Estudios Jurídicos de la Administración de
Justicia (Pérez Cao, 2001). En ellas se concretan aspectos de detalle con
recomendaciones prácticas que son fruto de una larga experiencia y demuestra
la importancia de la investigación desde el primer momento con la Diligencia del
Levantamiento del Cadáver y la Autopsia Judicial hasta los estudios
complementarios finales. En
lo que respecta a las heridas por arma de fuego, las recomendaciones son las
siguientes: -
Se remitirá una superficie amplia del colgajo cutáneo
alrededor de cada orificio de disparo. Asimismo se acompañará un colgajo
cutáneo indemne de una región alejada de los orificios. -
No lavar las heridas. -
No añadir ningún aditivo o conservante. -
Si se conoce el tipo de arma que se utilizó, se
hará saber en el oficio de remisión, así como cualquier dato que se juzgue de
interés para la investigación. -
Es imprescindible el envío de las ropas que
cubrían la zona interesada por los disparos. Al
mismo tiempo es necesario recomendar el “Manual
sobre la prevención e investigación eficaces de las ejecuciones extralegales,
arbitrarias o sumarias. Naciones Unidas” (Centro de Desarrollo Social
y Asuntos Humanitarios, 1991) ya que es insuficientemente conocido en muchos países en
los que se producen investigaciones sobre vulneración de derechos humanos
siendo las armas de fuego el principal mecanismo de producción de estas
muertes. En estos casos, la competencia de los Tribunales Internacionales
exige conocer esta recomendación que además de la práctica de la autopsia
incluye los procedimientos de actuación en la escena del crimen. 6.7. Emisión
del Informe Médico Forense Con
todo lo anteriormente expuesto en el documento pericial correspondiente,
pasamos al capítulo de valoración-discusión y de conclusiones. INFORME PERICIAL: Valoración y Discusión
De los datos
objetivamente recogidos y descritos en la Diligencia del Levantamiento del
cadáver y de la práctica de la autopsia, pasamos a la interpretación de los
hechos y la reconstrucción de los mismos respondiendo a los siguientes
extremos: -
Posición de la víctima y del agresor. -
Dinámica de producción de las heridas. -
Pronóstico médico-legal individualizado de cada
una de ellas. -
Etiología médico-legal que las justifique. La
etiología médico-legal exigiría establecer si se trata de heridas de tipo
suicida, homicida o accidental. En apoyo del suicidio podemos tener: -
Orden en el lugar de los hechos. -
Ausencia de lesiones de violencia en la víctima. -
Arma localizada cerca de la víctima. -
Normalmente una sola herida. -
Lugar de elección el cráneo. -
Dirección del disparo: inclinado hacia arriba. -
Disparo en rangos de corta distancia. -
Presencia de residuos del disparo en la mano de la
víctima (en armas cortas). En
apoyo del homicidio tenemos: -
Desorden en el lugar. -
Desorden en la víctima (prendas de vestir). -
Ausencia del arma. -
Lugar topográfico lesional elegido variable. -
Uno o más disparos. -
Distancia variable. -
Ausencia de residuos del disparo en las manos de
la víctima. En
apoyo del accidente, en el que el autor puede ser la víctima o bien una
tercera persona encontraremos: -
Orden en los vestidos. -
Ausencia de lesiones de defensa. -
Una sola herida. -
Cualquier lugar topográfico del cuerpo. -
A rangos de corta distancia si el autor es la
víctima. -
Residuos del disparo en las manos si el autor es
la víctima. -
Localización del arma. INFORME PERICIAL: Conclusiones
El
informe pericial finalizará con el apartado de las conclusiones redactadas de
forma breve y con lenguaje preciso: -
Identidad de la víctima. -
Fecha y hora del fallecimiento. -
Causa médica del fallecimiento. -
Etiología médico-legal. -
Circunstancias que rodearon a la muerte. ESQUEMA (Dr.
Verdú): Etiología médico-legal Debe aclararse, finalmente, si se trata de un
disparo de etiología médico-legal ACCIDENTAL, CRIMINAL o bien, SUICIDA. Los
elementos para establecer el diagnóstico se obtendrán, respectivamente: DEL LUGAR DE LOS HECHOS ·
Existencia de
desorden u otras huellas de violencia ·
Ausencia del
arma ·
Existencia de
notas ·
Caracteres
especiales del suicidio (espejo, disposición del arma, etc.) DEL EXAMEN DEL ARMA ·
Armas
pre-fabricadas ·
Disparos sin
proyectil ·
Otros DEL EXAMEN DEL CADÁVER ·
Existencia de
signos de defensa ·
Existencia de
signos de lucha ·
Vestidos ·
Forma de
empuñar el arma ·
Distancia y
dirección del disparo ·
Número y
localización de las heridas ·
Examen de las
manos del suicida (empuñadura y de sostén) ·
Indicios de
otras tentativas suicidas Para
finalizar, es importante señalar que la defensa del informe emitido durante
la vista oral se encuentra condicionada por dos cuestiones fundamentales: a)
La auténtica prueba
del proceso penal es la que se practica en el juicio oral sometida a los
principios de: inmediación, contradicción, oralidad y publicidad. b) Que los
delitos de homicidio (en algunos países) entran en la competencia del
Tribunal de Jurado, por lo que todas las observaciones efectuadas en el
procedimiento seguido deben estar debidamente documentadas para una mejor
exposición y comprensión de los miembros del tribunal que normalmente serán
legos en la materia. Por
todo ello, la presentación de los elementos de prueba deberá cuidarse en
extremo para lograr la demostración de todo cuanto se sostiene y asegura en
el Documento Médico Pericial. Un ejemplo cuya lectura recomendamos, como
resumen de lo planteado, puede ser el que publican Rodríguez y Verdú (2003)
al reconstruir un episodio partiendo de la información
previa generada en 1972. EJEMPLO.
Información procedente de la autopsia. Cuatro heridas por arma
de fuego, dos en el plano anterior y otras dos en el posterior: 1) salida; 2)
entrada; 3) salida; 4) entrada. El estudio de trayectos revela que la herida
2 sale en 3 y que la herida 4 sale en 1. Todas ellas realizadas a larga distancia. Bibliografía
básica ANTON BARBERA, F. &
DE LUIS Y TUREGANO, J.V. 1991. Manual de Técnica Policial. 240 pp. BONNET, E.F.P. 1980. Medicina Legal. Tomo I.
1004 pp. CASAS SANCHEZ, J. De D.
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Depósito Legal BI-8989-909
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