En algunos foros se fomenta la movilidad a toda
costa ante la creencia de que forzando la movilidad al máximo
se obtiene un mayor reconocimiento en la evaluación del
título. Sin embargo existen varios elementos que desaconsejan
abusar de la movilidad y de estancias demasiado cortas en
exceso:
- Todos
los estudiantes requieren un periodo de adaptación tanto al
nuevo lugar de estudio como a la lengua, la experiencia Erasmus nos
demuestra que es precisamente a partir del tercer mes que los
estudiantes se encuentran ya perfectamente adaptados. Si
además consideramos estudiantes de terceros países, el
choque cultural es aún mayor y este periodo de adaptación
es más largo.
- Otro
elemento a considerar es el hecho de que algunos estudiantes pueden
tener familia, lo que hace más traumático la necesidad de
tanta movilidad en los estudios.
- Otros
factores que están del todo unidos con la propia experiencia
del viaje y del cambio de entorno académico:
- Tampoco
es desdeñable el costo adicional y la necesidad de dedicar
más tiempo para buscar un alojamiento, tarea esta última
no siempre fácil para periodos de tiempo excesivamente
cortos.
Es necesario tener en cuenta estos factores y que
los requerimientos de movilidad a los estudiantes sean coherentes
con los objetivos del master y su oferta formativa. Así, no es
lícito forzar más movilidad por criterios no
académicos como la necesidad de repartirse los estudiantes
entre instituciones, incluso a pesar de las opciones de itinerarios
o materias que ellos hayan elegido o sin tener en cuenta sus
conocimientos de lenguas.