Cuando se define una nueva
titulación es importante partir por los objetivos de la misma
para construir a partir de ellos el perfil de estudiante de
entrada, los conocimientos, competencias y habilidades a adquirir
al final de la titulación, y después el plan de estudio
correspondiente. Cualquier propuesta de titulación que no
sigue este esquema es muy fácilmente identificada en una
evaluación de la titulación.
Lo más relevante en cuanto a
la valoración de objetivos es que estos sean claros y
convincentes, así como cómo de claro y convincente es la
contribución que el título se imparta de forma coordinada
entre más de una universidad en el caso de títulos
interuniversitarios.
Muchas veces los objetivos se
describen desde una perspectiva institucional o del profesorado,
sin referirse siquiera al estudiante o al recién titulado una
vez finalizados los estudios. Los objetivos del Master deben
tener presente en todo momento la perspectiva de sus estudiantes en
términos de contenido ofertado y metodología docente.
Aspectos tan importantes como las competencias tanto profesionales
como transversales que adquirirán los estudiantes y el
reconocimiento oficial y de las universidades debe estar claro
desde la misma descripción de los objetivos, sin dejar lugar a
dudas sobre posibles ambigüedades o una planificación
precipitada o inadecuada en estos aspectos.