En un consorcio interuniversitario es necesario
aclarar cómo se reparten los miembros del consorcio el dinero
que se ingresa (tasas académicas, programas
académicos...) indicando los criterios que se utilizan para el
cálculo de la cifra final para cada uno (si es en base a una
proporción fija y permanente, o si por ejemplo se establece en
base al número de estudiantes de terceros países que
acogen, según el tiempo proporcional que éstos están
en cada institución...
La mayoría de consorcios asocian
directamente la distribución de estudiantes de universidades a
la gestión financiera interna a cada uno, y en muchas ocasione
esto se establece en el MoU.
Independientemente del mecanismo acordado, lo
principal es que el mecanismo esté claro y haya sido acordado
para evitar imprevistos y malentendidos de última hora entre
las instituciones.
Por otro lado, si bien existen multitud de
fórmulas razonables de articular esta gestión financiera,
no está bien considerado en programas europeos que los
estudiantes se vean forzados o limitados en sus estudios por
criterios económicos de gestión interna del título
ajenos a aspectos académicos.