La movilidad puede constituir un atractivo
especial para los estudiantes además de un valor añadido
relevante para la titulación, aunque no de debe olvidar que
toda movilidad supone un estrés adicional que puede influir en
el rendimiento de la mayoría de los estudiantes. Éstos
requieren de un periodo de adaptación a la nueva realidad del
país y la institución de acogida, sobre todo si su lengua
materna no es similar a la de los países de destino. En este
sentido, es contraproducente abusar de la movilidad y de forzar
estancias cortas de 2 meses o menores, sobre todo si la diferencia
cultural entre países son grandes.
Por otro lado, el programa Erasmus Mundus ha
servido para mostrar que tener estudiantes no europeos puede llegar
a suponer un problema en varios tipos de flujos de movilidad. Estos
problemas están relacionados con la obtención de visados,
y condicionan el desarrollo de un programa académico de
calidad ya que no permiten que los estudiantes puedan viajar
libremente entre países europeos. Esta problemática ha
obligado a varios masters Erasmus Mundus a tener que modificar su
estructura para que los estudiantes tengan que decidir sus opciones
de movilidad en un momento más temprano del inicialmente
planificado, y permitir así obtener más tiempo para la
tramitación de los visados correspondientes. Si bien esto es
uno de los problemas que más intervención ha requerido
por parte de la Comisión Europea en los últimos
años, y a pesar de que su solución se estáanalizando
al más alto nivel desde la UE, hoy en día constituye un
condicionante muy importante a tener en cuenta a la hora de
diseñar titulaciones transnacionales.